viernes, 10 de marzo de 2017

Peer Gynt

La obra Peer Gynt nació como música incidental, es decir, como música creada para acompañar a una obra de teatro.

Peer Gynt es un travieso muchacho, egoísta y ambicioso que sueña con ser rico y poderoso, por lo que un día decide abandonar su pueblo y recorrer mundo en busca de esas riquezas y placeres que tanto anhela. Veinte años después, regresa a su pequeño pueblo para descubrir que la felicidad estaba precisamente allí, en los brazos de Solveig, aquella muchacha a la que abandonó hace veinte años y que hoy, todavía espera.

A continuación, vamos a conocer la suite, escrita en 1888 y formada por cuatro piezas: La mañana, La muerte de Ase, Danza de Anitra y En la gruta del Rey de las montañas..


LA MAÑANA

Evocación del amanecer. Escuchamos la melodía en un solo de flauta que poco después lo tomará el oboe para establecer entre ellos un delicioso diálogo que finalizará con un crescendo resplandeciente a cargo de las cuerdas.

Lo volveremos a escuchar, a cargo de la trompa iniciando un lento declive, como si el amanecer se fuese desvaneciendo.


LA MUERTE DE ASE

Ase es la mamá de Peer Gynt, que fallece en la obra. Para describirlo utiliza una melodía desgarradora y desoladora, que transmite extremo dolor.

LA DANZA DE ANITRA

La búsqueda de aventuras lleva a nuestro protagonista a África. Allí, un jeque le invita a que se aloje en su séquito. Pero Peer secuestra a la bella Anitra. Aunque la joven logrará deshacerse de él, dejándole a su suerte en el desierto.

Con ritmo de mazurca sostenido por el triángulo y el pizzicato esta danza grácil es interpretada en su mayor parte por los primeros violines. En el acorde del comienzo y en el del final se puede identificar el viento del desierto.

EN LA GRUTA DEL REY DE LAS MONTAÑAS

En la mitología noruega los gnomos, los trolls... son seres peligrosos que no permiten que nadie se adentre en sus dominios. Peer lo conseguirá, pero en el momento en el que huye de forma sigilosa de la cueva se da cuenta de que tiene a cientos de trolls mirándole con la idea de devorarlo.


La música comienza evocándonos la oscuridad de la cueva y el paso ligero, de puntillas para que nadie se percate de su presencia, de Peer Gynt tratando de salir de ella. El fagot, el violonchelo y el contrabajo suenan de forma casi imperceptible, pesante, recreando esos pasos. Al poco se le unen el oboe y los violines en pizzicato, pero entonces algo pasa, la música comienza a acelerar, se van uniendo cada vez más instrumentos y un crescendo nos va a llevar a un tutti estruendoso. Son los trolls que furiosos surgen como de repente queriéndolo devorar. La pieza concluye con el toque contundente de las percusiones: Han atrapado a Peer Gynt. 

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